Les nostres recomanacions i propostes
Ressenya
Thomas Pynchon
Al límite
Per Marta Ramoneda Molins
4.11.2014
¿Y qué hace el autor con todo esto? Conectarlo. La ciudad misma (edificios, antros, barrios) se convierte en el sospechoso que lo sabe todo pero nunca termina de declararlo. Es un ámbito de vida abierta, con relaciones sociales, trabajo, fiestas, y el paso de la vida cotidiana. Pero otro nivel vital es posible: el de la caverna subterránea, la madriguera de la deep web, un no-lugar que solo puede funcionar si se mantiene como laberinto bien escondido. La exigencia para el lector es participar de un inmenso juego de contradicciones: disparatadas excursiones virtuales se
conjugan con sensatos comentarios.
Los párrafos más densos dan paso a escenas diáfanas. De manera poética, con toques surrealistas, entre la ligereza y el maximalismo, Pynchon parece invocar un mundo de singular belleza y horror, que se derrumba encima de unos personajes esparcidos como partículas cargadas de energía, interactuando en múltiples campos abocados a la interferencia y el caos. Asusta la enorme vitalidad y fascinación que despierta este recinto del monopolio y la vigilancia,
donde todos se convierten en cómplices. Solo mínimos restos de libertad nos deberían permitir ser, al menos, unos lúcidos soñadores en esta pesadilla que es la historia humana.
Pynchon nos presenta un mundo acribillado por la codicia y la intolerancia; pero también nos presenta un mundo más deseable, donde el hombre puede encontrar consuelo, responsabilizarse de la libertad y los deberes que le corresponden, donde no se rehúye el dolor de los demás, donde la rutina nos permite desaparecer y donde los muertos tienen también su lugar. Pero –y he aquí una nueva contradicción– colonizado el espacio físico, la red se convierte en la nueva frontera del universo.
Con sutiles precogniciones e ironía, Pynchon invoca la lucha contra la deshumanización impuesta por estos vastos sistemas. Ante el tono aparentemente despreocupado, la propia obra se erige como prueba fehaciente contra el gesto de encogerse de hombros o el «qué más da». Y la contradicción definitiva: Pynchon no aclara si el libro nos quiere dar a entender algo o no. ¿Piensan que es casual el paralelismo entre el comienzo y el final del libro? Paranoia y normalidad.