Rawls post Rawls

Debemos a John Rawls que, en las más de tres décadas transcurridas desde la publicación de A Theory of justice, la filosofía política diera un giro copernicano, que, desplazando el eje de atención de las palabras a las cosas, de la teología política a la política sin metafísica, de la perspectiva hiperrealista de los ideólogos de la Realpolitik a un punto de vista a la vez normativo (como tal, potencialmente practicable), ha colocado el foco de interés en lo que nos ocupa (y preocupa) como ciudadanos de democracias civilizadas: la sociedad justa y la buena sociedad, la justicia política y la justicia social, la razón pública y las razones (o sinrazones) privadas, el disenso (solapado o abierto) sobre el puesto del hombre en el cosmos y el consenso político que lo traslapa, la autoridad de las mayorías parlamentarias y el poder de desautorización de la minoría judicial, etcétera, etcétera.