Hazañas del capitán Carpeto

Un apacible viudo se enfrascó tanto en la lectura de cómics que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, se le llenó la fantasía de todo aquello que leía en los tebeos, así de conspiraciones y complots como de superpoderes, batallas y venganzas; y se le asentó en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de soñadas invenciones que leía.