En la prisión de Siberia

El 11 de febrero de 2015, los servicios secretos rusos detuvieron al director de la Alianza francesa en Irkutsk, Siberia, delante de su hija de cinco años y su esposa. Lo acusaron de pedofilia utilizando pruebas falsas (un Kompromat del FSB, los servicios secretos de Putin). Pasó 71 días encarcelado en una durísima prisión Siberiana y luego lo internaron en un hospital psiquiátrico. Consiguió escapar mediante una aventura que parece de otro siglo y llegar a la embajada francesa en Moscú, donde le comunicaron que había sido condenado en Rusia a 15 años de trabajos forzados. Este es el relato de una huida que lo llevó a viajar a pie hasta la frontera con Estonia, enfrentarse a un lobo, cruzar un pantano a nado y esconderse en un BlaBlaCar. Su historia parece ficción, pero no lo es.