Les nostres recomanacions i propostes

Los Viva Belgrado, en su canción Un collar, se preguntan cómo es posible ser feliz en el presente mientras acecha el fantasma luminoso de un pasado que quizá fue mejor. Pero ¿Y si el chantaje no son los recuerdos, sino lo que podría haber pasado si nuestras elecciones hubiesen sido otras? En el centro de esta pregunta es donde florece Otaberra, la nueva obra de Elisa Victoria.

Otaberra hurga en la duda de qué hubiera sido de nuestra vida si hubiéramos tomado otras decisiones, si no hubiésemos tenido tantísimo miedo de recorrer esos senderos escarpados con trampas mortales que ahora nos vienen a la mente como bosques que acaban en claro. Hurga en la duda con un juego de voces construido a través de los distintos personajes (Renata, Rita y Eusebio) haciéndolos hablar mediante distintos géneros literarios (carta, cuento, guión), evidenciando que, cuando no encasillas y encorsetas la escritura, esta te lo agradece. Hurga en el tiempo y en el cambio inherente a este. Porque el tiempo pasa y la vida corre y siempre hay que estar disponible para el próximo después. Hurga en los boquetes que deja la colisión entre la norma y la divergencia. Hurga en el amor y en el miedo a este. Hurga, hurga y hurga hasta que la piel queda en carne viva y te sopla para que no te escueza, pero ya es demasiado tarde, el cuerpo va a tardar en recomponerse.

Blackie Books vuelve a evidenciar que Elisa Victoria es un  orfebre, una demiurga de lagunas donde sumergirse y quedarse a vivir. ¿Os acordáis de la letra de Creep, de Radiohead? Esas líneas las escribió Eusebio para Renata, estoy segura.