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ALTRES RESSENYES
Ressenya
Miguel Ángel Hernández
Anoxia
Per Nahima Villalobos
24.5.2023
La llamada telefónica para un encargo especial va a provocar un cambio en la rutinaria vida de Dolores, la cual inexplicablemente acepta el trabajo de fotografiar a un difunto, obtener una “ultima imagen” de ese cuerpo. Es así como Dolores conoce a Clemente, un fotógrafo ya mayor que prometió a un amigo retratarlo en el momento de su fallecimiento.
Este cruce en sus vidas permitirà a Clemente ir introduciendo a Dolores en la tradición de la fotografía post mortem y la técnica del daguerrotipo, práctica que se ha ido perdiendo en el transcurso de los años pero que él continúa desempeñando con una especial dedicación, mostrando lo que es en realidad ese tipo de fotografía: un homenaje, una conmemoración de la persona fallecida y su paso por la vida, algo tangible que permite que se conserve a lo largo del tiempo.
El trabajo con Clemente provocará que Dolores, reacia en un primer momento a realizar tales “encargos”, retome su gusto por la fotografía y por todo lo que el proceso de obtener una imagen conlleva; así Clemente conseguirá legar su esmerado trabajo a alguien con tan “buen ojo” como Dolores.
Dolores, como fotógrafa, experimentará un proceso de toma de conciencia de lo que ha sido hasta ahora su insustancial vida, y a través de la rememoración de sus recuerdos despertará una culpa no verbalizada y por supuesto oculta, que hace que su duelo permanezca en el tiempo presente y no sólo en el pasado.
La novela de Hernández logra que el lector quiera adentrarse en la vida de Dolores y también en la de Clemente, descifrar los secretos que esconden ambos personajes, cuyo gusto por la fotografía transita entre los vivos, los muertos y sus propios fantasmas.