Res com un bon llibre

Funámbulo mayúsculo. Carta a Pierre Michon seguido de Respuesta de Pierre Michon

Funámbulo mayúsculo. Carta a Pierre Michon seguido de Respuesta de Pierre Michon

Funámbulo mayúsculo. Carta a Pierre Michon seguido de Respuesta de Pierre Michon

Traducció: Joan Flores Constans

Editorial: Shangrila

Pàgines: 58

Any: 2025

EAN: 9788412893571

14,00 €

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Guy Boley es un escritor francés peculiar. Publicó su primer libro, Fils du feu, a los 64 años; pero antes su vida laboral transcurrió por los caminos más inverosímiles: albañil, guardaespaldas, chófer, funambulista; es a esta actividad a la que hace referencia la primera palabra del título Funambule majuscule.
Buen lector desde su niñez —confiesa que el primer libro que compró con su primer sueldo fue Les Contemplations, de Victor Hugo, con la consiguiente bronca parental por gastar el dinero en tonterías—, Boley fue objeto de una epifanía cuando descubrió, a finales de los años ochenta, Vies minuscules, la primera novela publicada de Pierre Michon; la segunda palabra del título de su libro hace referencia a la minuscularidad —y más bien a su opuesto, la mayuscularidad—.
El origen —la causa, la excusa— de Funambule majuscule es una anécdota: Boley asiste a la presentación de Vies minuscules en Dijon, expectante por ver en persona y, quizás, cruzar alguna palabra con el autor reverenciado; pero al no asistir nadie al encuentro y tras la intimidación inicial, pasan la tarde conversando; hablan poco de literatura, pero entre los temas de conversación se cuela la insólita profesión de Boley.
Años después, abandonada la ocupación acrobática, Boley le dirige una carta —es la carta de un admirador a su figura venerada— en la que le cuenta ciertas particularidades del funambulismo y las relaciona con su actividad actual, la escritura. En concreto, parece reivindicar que también su vida hubiera merecido ser una de las Vidas minúsculas de Michon; pero, en contrapartida, y teniendo en cuenta los riesgos que corrió el escritor al publicar su primera novela y la vida que llevaba por aquel entonces, podría considerarse que la ocupación de Michon no deja de tener, también, (una) cierta condición funambulesca.
La carta, que parece ser un mensaje en una botella más que una misiva que requiera respuesta, es correspondida por el escritor con otra epístola, plenamente michonienne, en la que le da cuenta de su época funambulesca —algunos de cuyos episodios ya conocemos debido a Vidas minúsculas—, aunque el alambre fuera un barrio poco recomendable de París y el peligro su bravuconería y su «espíritu que siempre niega».
Así que el título puede referirse tanto al equilibrista como al escritor; ambos han caminado sobre el alambre y ambos, también, han alcanzado, tras la peligrosa travesía a muchos metros del suelo firme, la magnificencia de letras capitales.
Joan Flores Constans

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