La Luz en la pintura de los primitivos italianos

La Luz en la pintura de los primitivos italianos
El período situado entre 1250 y 1430 fue testigo de toda una serie de cambios radicales y profundos en la manera en que los pintores usaron la luz para encontrar una forma convincente de representar la realidad. El libro de Paul Hills es, en este sentido, el primero en centrarse en la percepción cambiante de la luz en los primitivos italianos. Basándose en los más recientes estudios sobre psicología de la percepción, Hills nos ofrece toda una serie de obervaciones visuales de determinadas pinturas, combinándolas con actitudes coétaneas sobre la luz que se encuentran en los tempranos tratados sobre pintura, óptica y el pensamiento religioso de la época. Otro elemento especial de este libro es la atención que se otorga a las técnicas pictóricas sobre fresco y tabla, que nos resultan útiles para entender el juego que se produce entre la luz de la brillante superficie de la tabla y la luz en el espacio de la representación. Tensión lumínica que se va siguiendo a través de la tradición del fresco monumental, que arrancando con Giotto, prosigue con Taddeo Gaddi y llega hasta Masaccio, pero también con la tradición de pintura sobre tabla, que alcanzará su máximo esplendor en Siena, en el siglo XIV.