Tres cuentos espirituales

Tres cuentos espirituales
UN POETA PERSEGUIDO por un enjambre humano, un gigante bueno pero arbitrario que envía a su sirviente –forzado a la servidumbre por un acto inenarrable– a conseguirle un traje con el que ser enterrado, y un santo eremita arrancado de su aislamiento y obligado a ejercer, aunque tenga que ocultarse por hacerlo; son juguetes estupefactos de la corriente incesante que los conduce a abandonar por su propio pie el personaje que creían y deberían ser, y a devenir «más de lo que esperaban, pero a la vez, y por eso, otra cosa de lo que esperaban...»