El peso


El peso

«No he nacido para perder. No tengo un perdedor en mi pecho. Y como no tengo un perdedor en mi pecho, tengo un pequeño guerrero. Y ahora es un gran guerrero.» Éstas son las palabras de Marcos, chico espabilado y en plenas capacidades que sin embargo los avatares de la vida arrastraron a la nada. No hay asociación de veteranos que tenga en cuenta a los guerreros de la calle. Los sintecho, las personas sin hogar, se pueden contar, y de hecho se cuentan; se las asimila, se las normaliza y desactiva para que figuren en estadísticas donde se indique «pobreza absoluta», «pobreza total» o «exclusión residencial». El peso cuenta la historia de Marcos, quien a su vez cuenta la vida de otro amigo de la calle, Florin, fallecido al recibir un fuerte impacto en la cabeza mientras dormía. También Marcos está muerto, una década después, muerto en la calle, en una fosa común abierta si le extirpamos la humanidad.