La trampa identitaria
La trampa identitaria
El destacado politólogo Yascha Mounk investiga el origen de las ideas sobre la identidad y la justicia social que están transformando rápidamente la sociedad norteamericana y la de los países occidentales, y nos explica por qué no lograrán alcanzar sus nobles objetivos.
Durante gran parte de la historia, las sociedades han oprimido violentamente a las minorías étnicas, religiosas y sexuales. No es de extrañar que aquellos que abogan por la justicia social llegaran a pensar que los miembros de los grupos marginados necesitan sentirse orgullosos de su propia identidad para poder hacer frente a la injusticia.
Pero, en las últimas décadas, lo que empezó como un sano aprecio por la cultura y el patrimonio de los grupos minoritarios se ha transformado en una contraproducente obsesión por la identidad grupal en todas sus formas. En poco tiempo ha surgido una nueva ideología que reprime el discurso, denigra la influencia mutua como apropiación cultural, niega que los miembros de grupos distintos puedan llegar a entenderse de veras, e insiste en que la forma en que los gobiernos tratan a sus ciudadanos ha de depender del color de su piel.
Esta, según Yascha Mounk, es la trampa identitaria. Aunque quienes luchan por tales ideas están llenos de buenas intenciones, a la larga dificultarán los progresos hacia la genuina igualdad que tan desesperadamente necesitamos. En La trampa identitaria, Mounk nos brinda el análisis más ambicioso y exhaustivo sobre los orígenes, las consecuencias y las limitaciones del activismo woke, y nos muestra de una forma innovadora cómo el posmodernismo, el poscolonialismo y la teoría crítica de la raza forjaron la «síntesis identitaria».
Al explicar las enormes transformaciones políticas y culturales de la última década, La trampa identitaria expone, con una argumentación teórica rica en matices, por qué la aplicación de estas ideas a ámbitos que van desde la enseñanza hasta las políticas públicas está resultando tan profundamente contraproducente, y por qué los valores universales y humanistas pueden servir mejor al vital objetivo de lograr una auténtica igualdad.
Con esta obra, Mounk aporta verdad y claridad allí donde más se necesitan.