Es un oficio de hombres


Es un oficio de hombres

Esta edición celebra el 55 aniversario del OULIPO –el grupo, al que pertenecieron creadores tan ilustres como Queneau, Perec, Duchamp o Italo Calvino, se fundó en Francia el 24 de noviembre de 1960–. Se trata de un juego literario, como todas las obras del Oulipo, en el que los miembros actuales del Oulipo, a partir de una misma estructura, escribe un divertido cuento sobre un oficio... Entren y vean.
¿Qué tienen en común un filósofo, un asesino a sueldo y una peonza? A saber, porque este libro no es lo que parece. No es un manual para aprender a filosofar, ni a presidir un país, ni desde luego enseña a asesinar ni a resucitar a nadie.
El grupo Oulipo, fiel a su costumbre, más vivo que nunca, se ha confabulado para tramar una divertida galería de «autorretratos de hombres y mujeres en reposo», un original artefacto que nos invita a jugar y a reírnos de lo divino, de los hombres y, por qué no, de la raíz de 2. Así, cuando Paul Fournel escribió un texto que describe a un esquiador en pleno trabajo, otro oulipiano, Hervé Le Tellier, recogió el guante y compuso su retrato del «seductor». Después, otros hicieron lo mismo: el psicoanalista, el biógrafo, el bebedor... Aún hoy, los oulipianos siguen escribiendo autorretratos. Cuentos que también hablan del oficio de cuentista, y de ese reposo final que nos aguarda a todos.
Pero antes, ¿se animaría usted a escribir un autorretrato? Es sencillo, basta con adaptarse lo más fielmente posible al texto de partida y dibujar el retrato de otro personaje. Y luego ríase, si puede.
«Soy oulipiano. Tuvimos a Raymond Queneau, tuvimos a François Le Lionnais, tuvimos a Italo Calvino [...]. Georges Perec llegó con sus lipogramas, sus monovocalismos y su fama de "what a man" […].» Eduardo Berti, Autorretrato del oulipiano.
Con textos de Michèle Audin, Marcel Bénabou, Frédéric Forte, Paul Fournel, Michelle Grangaud, Jacques Jouet, Hervé Le Tellier, Daniel Levin Becker, Ian Monk, Olivier Salon y Eduardo Berti.
¿Qué tienen en común un filósofo, un asesino a sueldo y una peonza? A saber, porque este libro no es lo que parece. No es un manual para aprender a filosofar, ni a presidir un país, ni desde luego enseña a asesinar ni a resucitar a nadie.
El grupo Oulipo, fiel a su costumbre, más vivo que nunca, se ha confabulado para tramar una divertida galería de «autorretratos de hombres y mujeres en reposo», un original artefacto que nos invita a jugar y a reírnos de lo divino, de los hombres y, por qué no, de la raíz de 2. Así, cuando Paul Fournel escribió un texto que describe a un esquiador en pleno trabajo, otro oulipiano, Hervé Le Tellier, recogió el guante y compuso su retrato del «seductor». Después, otros hicieron lo mismo: el psicoanalista, el biógrafo, el bebedor... Aún hoy, los oulipianos siguen escribiendo autorretratos. Cuentos que también hablan del oficio de cuentista, y de ese reposo final que nos aguarda a todos.
Pero antes, ¿se animaría usted a escribir un autorretrato? Es sencillo, basta con adaptarse lo más fielmente posible al texto de partida y dibujar el retrato de otro personaje. Y luego ríase, si puede.
«Soy oulipiano. Tuvimos a Raymond Queneau, tuvimos a François Le Lionnais, tuvimos a Italo Calvino [...]. Georges Perec llegó con sus lipogramas, sus monovocalismos y su fama de "what a man" […].» Eduardo Berti, Autorretrato del oulipiano.
Con textos de Michèle Audin, Marcel Bénabou, Frédéric Forte, Paul Fournel, Michelle Grangaud, Jacques Jouet, Hervé Le Tellier, Daniel Levin Becker, Ian Monk, Olivier Salon y Eduardo Berti.