Un tratado de estética japonesa

Un tratado de estética japonesa
Para definir la estética japonesa, puede que lo más adecuado sea utilizar una red de asociaciones hechas de listas o memorandos, conectadas de manera intuitiva, que se deja caer sobre el fondo y, así, permite que veamos el concepto que nos concierne. Esta idea explica la querencia japonesa por la yuxtaposición, el ensamblaje, el collage.
Sea como fuere, para hablar de estética, ya sea oriental u occidental, lo que se pone de manifiesto es la sensibilidad: una cierta receptividad, una conciencia, la susceptibilidad ante algo. Es algo que está vivo y que, a menudo, rehúye a la interpretación; y, si ha de plasmarse por escrito, no es raro que se valga de finitas y errancias.