Fados huérfanos

Fados huérfanos
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Sabio poetizar del padecer y del conocimiento. El fondo se hace forma y la forma se hace fondo, en simbiosis creadora que aspira a la perfección expresiva y a la plena comunicación. Estamos ante una poesía cuyos pensamientos, sentimientos, deseos y emociones particulares han sido tan brutal, reflexiva, sincera, honda y radicalmente vividos que alcanzan validez universal en la realidad otra del poema.
Complementarias voces interiores consolidan la voz una y plena de nuestro poeta: aquella de la existencia más esas otras del amor (¡qué excepcional poeta de este tema eterno!), la soledad, lo efímero, la melancolía, el cansancio de vivir, la frustración, el sinsentido, el paso del tiempo que todo lo erosiona, la muerte o la nada.
Estos Fados huérfanos siguen y amplían la estela del “dolorido sentir” que transmitía su anterior Preludio y fado. El fado, como composición, armoniza muy bien con el espíritu experiencialmente elegíaco del autor para quien la vida, en lucha constante con la finitud, es un destino trágico
Aquí la poesía se alimenta y vive de cuanto ella misma consigue salvar de esa finitud. Meditarla, leyéndola a la luz de la psicología emocional, resulta una expedición fértil por aleccionadora y, simétricamente, útil por beneficiosa.
Complementarias voces interiores consolidan la voz una y plena de nuestro poeta: aquella de la existencia más esas otras del amor (¡qué excepcional poeta de este tema eterno!), la soledad, lo efímero, la melancolía, el cansancio de vivir, la frustración, el sinsentido, el paso del tiempo que todo lo erosiona, la muerte o la nada.
Estos Fados huérfanos siguen y amplían la estela del “dolorido sentir” que transmitía su anterior Preludio y fado. El fado, como composición, armoniza muy bien con el espíritu experiencialmente elegíaco del autor para quien la vida, en lucha constante con la finitud, es un destino trágico
Aquí la poesía se alimenta y vive de cuanto ella misma consigue salvar de esa finitud. Meditarla, leyéndola a la luz de la psicología emocional, resulta una expedición fértil por aleccionadora y, simétricamente, útil por beneficiosa.