¡Por Tutatis!

¡Por Tutatis!
Cuando Lapinot se despierta en medio del bosque, no puede creer lo que ven sus ojos... Un hombre grande, con trenzas, vestido a rayas azules y blancas y con un casco le llama: “¡Asterix!”. Lapinot, incrédulo, ignora a este curioso personaje y continúa su camino. Pero un desafortunado encuentro con una patrulla romana y el empeño de Panorámix -que obviamente le hace beber la poción mágica- terminan convenciéndole: parece que, efectivamente, ha sido teletransportado al pueblo de los irreductibles galos. Y, curiosamente, ¡incluso Tutatis anda por allí!